Hace poco más de dos años, el enviado especial de Venezuela para el continente africano, Alex Saab fue detenido en Cabo Verde. Mucho se ha fundamentado sobre lo ilegal de su detención reclamada al gobierno de Cabo Verde por la potencia imperial, violando groseramente el Convenio de Viena de 1961 que garantiza inmunidad diplomática, utilizando un alerta rojo incorrectamente emitido y anulado el 25 de junio por la entidad emisora Interpol. De allí en adelante Cabo Verde ignoró todas las resoluciones, recomendaciones y opiniones de un sinfín de organismos regionales e internacionales de respeto y defensa de los derechos humanos: el Tribunal de Justicia de la CEDEAO, cinco relatores del Comité de derechos humanos de las Naciones Unidas, la Comisión Africana de los derechos humanos y de los pueblos, etc. etc. Nada de ello le importó porque la decisión estaba tomada desde el primer día de encierro y no se tomó justamente en Cabo Verde sino en Washington, la capital de los EE.UU. a quién, por cierto, poco le importa el derecho universal de los derechos humanos, los convenios de Viena o de las Naciones Unidas.
Saab no está detenido y ahora encerrado en los EEUU en condiciones que constituyen de por sí tortura por ninguna razón legal sino como parte de la guerra de cuarta generación, guerra integral o como quieran llamar que el gobierno de los EEUU, a nombre de sus grupos económicos más voraces, libra contra el pueblo de Venezuela desde que el inolvidable Hugo Chávez ganará las elecciones por vez primera en diciembre de 1998. Desde el primer día y hasta hoy, sin solución de continuidad, se ha desplegado contra el pueblo de Venezuela y su gobierno bolivariano un sinfín de atentados, campañas difamatorias, embargos, robos, sabotajes, despliegue de violencia callejera, intentos de golpes de estado, demolición de la moneda nacional con maniobras especulativas y mucho más.
Desde la Coordinadora Americana por los Derechos de los Pueblos y Víctimas de la prisión política afirmamos que Alex Saab es un prisionero político del Imperio; que lo castigan por su aporte extraordinario a la lucha legitima del pueblo y el gobierno venezolano a romper el bloqueo de modo tal que no falten alimentos, combustible, medicamentos y los insumos más elementales para enfrentar la Pandemia del Covid 19 y el infame bloqueo económico. El caso de Saab encuadra sin ninguna duda en los moldes de la guerra política con instrumentos judiciales que los EEUU y los gobiernos cipayos desataron en los últimos años como modo principal de ejercer la dominación sobre nuestros pueblos. Lula no estuvo preso por ladrón sino para impedir que ganara las elecciones en Brasil. Ahora hasta la Corte Suprema del Brasil acepta que el juez Moro obró contra Derecho, lo mismo que el ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glass o el vice presidente de Argentina Amado Boudou o la dirigente social Milagro Sala que cuenta seis años largos de prisión en manos de un Poder Judicial totalmente alineado con el gobernador de derecha Gerardo Morales.
Hemos impulsado la elaboración de dos proyectos que ya fueron presentados ante el Parlasur: uno es sobre la tipificación del Lawfare y el otro es de anulación de los procesos viciados de las prácticas que emergen horrorosas en el caso Saab: prueba falsa, falsos testigos, apremios y chantajes para que las víctimas se reconozcan culpables, arrasamiento con las garantías que alguna vez compusieron el ideario liberal de la Revolución Francesa de 1789 o la declaración universal de los derechos humanos con nació el organismo de las Naciones Unidas en 1948.
Alex Saab está preso por ser parte del movimiento popular que busca la liberación, la dignidad y la buena vida para nuestros pueblos. Su encierro es al tiempo que una grave violación al orden jurídico más elemental un reconocimiento a su ética y coherencia. Vaya para él nuestro reconocimiento y agradecimiento por su firmeza y coherencia.
Contextualizar siempre es la tarea nuestra porque siempre el Imperio quiere mostrar una foto instantánea y no el proceso histórico. Pero los hechos son tercos, en plena pandemia Venezuela sufrió el agravamiento del bloqueo criminal y ejerció, ejerce y ojalá que lo ejerza por siempre el derecho a la legitima defensa de la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos. Llegado el caso, si hubiera contradicción de derechos, los derechos de los pueblos siempre tienen preeminencia y no solo por lo escrito en los convenios internacionales sino por un Ius Cogen regional que indica claramente no solo el derecho sino el deber de los pueblos a defender su soberanía como único camino para constituir y defender la identidad nacional. Saab no cometió ningún crimen sino todo lo contrario, ejerció la más noble de las conductas humanas, darse por los más, por los que no tienen nada más que la Patria y su propia auto organización.
Libertad inmediata a Axel Saab
Patria Grande o Colonia. Venceremos
COORDINADORA AMERICANA POR LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y LAS VÍCTIMAS DE LA PRISION POLITICA
