A pesar de la censura casi total que sufren las organizaciones populares palestinas bajo la ocupación militar, se supo hoy que Al-Haq, una ONG palestina que se dedica a supervisar el cumplimiento de los derechos humanos en los territorios ocupados, el Centro de Investigación y Desarrollo Bisan, la Unión de Comités de Mujeres Palestinas, Defensa Internacional de la Infancia, la Unión de Comités de Trabajo Agrícola y la Asociación de Derechos Humanos y Apoyo a Prisioneros (Addameer) fueron objeto del asalto de las tropas de ocupación que procedieron luego a clausurar las sedes.
Bajo el amparo del derecho de las bestias, del derecho del ocupante militar que tiene el monopolio de la fuerza armada y lo ejerce de manera brutal, el Mando Militar que ordenó el ataque no necesita más que un informe de sus agencias de Inteligencia para “legalizar” el ataque; de eso y del silencio cómplice de las Naciones Unidas y los estados que están prontos a condenar cualquier inconveniente que sufran las ONG amigas pero que miran para otro lado cuando atacan a los verdaderos defensores de los derechos humanos como es el caso de las aquí mencionadas a quienes todas y todos que alguna vez llegamos a la Palestina ocupada militarmente, conocimos por su valentía, profesionalismo y humanismo ejemplar.
Desde las Américas, desde el Norte a la Patagonia, la Coordinadora Americana por los Derechos de los Pueblos y Víctimas de la Prisión Política expresamos nuestra solidaridad con las organizaciones hermanas, repudiamos el terrorismo de estado israelí y reclamamos de nuestros gobiernos y organizaciones internacionales que hagan oír su voz en defensa de los defensores de los derechos humanos en Palestina, uno de los territorios donde ahora mismo se aplican políticas de apartheid y genocidio.