por Fernando Rule Castro

Es un dicho popular que, en sus diferentes versiones, escuchamos muchas veces. Y viene a propósito aplicarlo a debates que quedaron inconclusos por el imparable fárrago de opiniones e informaciones acerca de los aconteceres políticos. – En pocos días se cumplirán tres meses del 28 de julio de 2024 de las elecciones para Presidente en Venezuela. En esos días en Argentina se discutía si el resultado era producto de un fraude o de un proceso democrático y transparente. La duda lo ensució todo, porque las opiniones de todo el sistema de medios hegemónicos fue tal que hasta algunos líderes latinoamericanos se vieron enredados en la confusión. Casi podríamos asegurar que gran cantidad de líderes o dirigentes cuya voz es escuchada por quienes saben de los mecanismos y acciones de Estados Unidos, cayeron en la duda. Los líderes también se equivocan a veces, son humanos afortunadamente. Si lo sabremos los peronistas … «¿Hubo fraude,» «¿No lo hubo?» Con gran inteligencia, la derecha mundial encontró la consigna: «¡Que muestren las actas!» – Y las mostraron. Pero eso duró unos días.
El gobierno venezolano, su Ejecutivo y el Consejo Nacional Electoral sabían que mostrar simplemente a los medios de prensa esas actas no alcanzaría, pues dirían que eran falsas. Fue entonces que eligieron el camino más largo: el mismo Poder Ejecutivo se presentó a la Justicia Electoral para que dilucide el asunto. Esta citó a declarar, con toda la documentación de que dispusieran (entre ella las famosas actas cuyas copias poseían todos los partidos legitimadas por sus propios fiscales de mesa) a demostrar legitimidad o fraude en las elecciones. Cada partido fue citado individualmente en fecha y hora precisa. Los diez partidos, incluido el PSUV que llevaba a Maduro de candidato…pero se presentaron nueve.
El partido de Corina Machado y su candidato títere no se presentó a la citación judicial, lo que en cualquier país del mundo implica un delito. – Todos los partidos pudieron demostrar la corrección de las elecciones. La Justicia Electoral se tomó unos días para estudiar la documentación y ya: mostraron las actas: ganó Maduro. Punto. – Entretanto, en ese lapso varios dirigentes, intelectuales y aún presidentes y ex presidentes amigos expresaron oportunistas dudas, como para no quedar del todo mal si se demostrara una u otra versión.
Pasaron casi tres meses y ¿qué pasó ? ¿Quienes afirmaban que todo fue correcto y que ganó Maduro salieron a gritar ¡¿vieron que teníamos razón?! y los que denunciaron fraude y gritaban ¡que muestren las actas! confesaron respetuosamente que se habían equivocado? – Nada de eso – Solo silencio. Si sale el tema alguien dice ¡y dale con Venezuela! Eso ya fue, hace mucho, ya pasó. – Mientras la Revolución Chavista y Bolivariana siguió su curso y demostrando con pruebas incontestables que se estaba preparando un golpe de estado y luego ataques violentos de mercenarios extranjeros, boicots a la economía y al sistema energético y… Silencio. Silencio aún en las filas de nuestro movimiento, el de la Revolución Justicialista Sanmartiniana, el más amigo de aquella Revolución en Venezuela… cuando aún estaban aquí Chavez y Néstor. – octubre de 2024 –








